El compositor estrujó el cigarrillo contra el cenicero hasta conseguir apagarlo por completo y respiró profundamente la última espiral de humo que avanzaba lentamente en su ascensión. Se dio ánimos a sí mismo y estirándose la chaqueta empezó a andar entre dudas que le hacían sudar a cada paso.
Entró en la habitación. El "Requiem" sonaba llenando todo el espacio.
Su mujer se encontraba desnuda, tumbada sobre las sábanas revueltas. Se incorporó asustada cubriéndose instintivamente al ver la cara desencajada de su marido.
El músico saltó sobre ella.
Todavía poseído por la ira, arrojó al suelo el cuchillo que hacía unos segundos buscaba incansable el amor traicionado.
Se dirigió a la puerta y giró la cara para mirar por última vez su cuerpo sin vida. La música parecía retumbar en las paredes.
Salió de la habitación con parsimonia, entró en la biblioteca, sacó del primer cajón de su mesa de trabajo un revólver y tanteó suavemente el gatillo con el dedo índice. Alzó la pistola hasta la altura de sus ojos. Ni siquiera se preocupó de apuntar bien. Y sin apenas pensarlo, con los ojos muy abiertos, disparó: una, dos, tres, hasta cuatro veces, y el cristal del retrato saltó hecho pedazos en el aire.
Con los ojos humedecidos de rabia y el olor a pólvora embotando sus sentidos se regodeó del resultado de su acción. Entre cristales rotos, con el "Requiem" aún tronando, le miraba el aborrecible retrato del gran Wolfgang Amadeus Mozart: el invencible amante de su esposa.
(¿Hola? Perdón por entrar en el tema. No puedo hablar muy alto, ¿me escuchan? Vamos a ver, comento. Una vez eliminada la parte emocional del asunto, me parece que el tío está muy grillao... sí, ¡el marido! El complejo de inferioridad respecto a un genio de la música, inalcanzable, y sobre todo ¡muerto hace cientos de años! es el auténtico desencadenante de una acción tan brutal. Y digo yo, ¿porqué te has dedicado a la música? ¿porqué no te has metido en el mundillo del hampa para así poder dar rienda suelta a tus fobias, a tus desequilibrios mentales? No señor, no. Te casas, con una melómana, sin comprobar antes que tienes un competidor insuperable, y encima la culpabilizas y la matas, ¡con saña! ¿Y el después? ¿Has pensado en la recogida? ¡Claro! ¡La de los cristales, la sangre, la ropa, las sábanas, la leche, las hostias? Bueno, la leche no. En todo caso la malaaaaaaa. A propósito. Decidle al dibujante que se ha confundido. La mata en la habitación con un cuchillo y lueeeeego mata a "Mozart" en la biblio con una pistola. Si no es así, corregidme. ¿Y que quién soy yo? Jajaja, joder, ¡pues el amante de verdad, el de carne y hueso que sigue meado encima y debajo de la cama cagaadoo de mieeedooo!)
Autor: Raúl Tamarit Martínez
Inmejorable!!! me has hecho reir bribón, jajajaja, muy buena!
ResponderEliminarÉste lo leí pero no te comenté al final.. .me encantóoooooo jajajaj que risas xDDD es fantástico!
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