Caía el sol como una bola de lava resbalando por las faldas de una diosa. De pie, desnuda, jugando con el agua que le llegaba hasta la cintura, aguardaba tranquilamente la llegada de su antagonista, algo inimaginable antaño.
Ya veía a lo lejos las ondas que provocaba en la superficie y que delataban su presencia. Venía reptando, con los ojos brillantes asomando sobre el agua, de la que arañaba reflejos aceitosos la moribunda luz del crepúsculo. Ella apartó lentamente el cabello de su frente y centró su mirada en el monstruo. Sólo tendría un instante. ¿Tomaría la decisión correcta?
El ritmo de su respiración se aceleraba al ritmo de la oscuridad. Y la oscuridad empezaba a ser la dueña del mundo. Y el mundo parecía no tener dueño ni futuro.
Me encanta esta imagen, superlograda!!!
ResponderEliminarqué historias más locunas :) y qué imagen más bonita, me gusta mucho, la chica es preciosa
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