Caen las gotas de lluvia sobre el reloj.
Destellos de faros en la noche
nacen y mueren,
emergen y se sumergen,
cantan y lloran,
se levantan y al poco
caen de nuevo
en el olvido
y desaparecen entre sombras
de dolor y odio,
que torturan recuerdos
hasta hacerles gritar,
hasta que rasgan el camino
por el que un río de estrellas
viajará hasta tu boca.
Y girarás la cabeza para mirarme,
y tu mirada temblará
buscándome en la oscuridad
del laberinto de locura
en el que me extraviaste
para siempre.
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