Se acabaron los días de jugar a la pelota, al sambori,
al tres en raya.
al tres en raya.
Se acabaron los sueños de piratas y astronautas,
las hogueras en el campo, los partidos de fútbol y las tabas,
los tirachinas, las carreras, la escabechina en los huertos,
las fresas aplastadas, las peras arrancadas y perdidas
en huida por veredas y caminos.
las hogueras en el campo, los partidos de fútbol y las tabas,
los tirachinas, las carreras, la escabechina en los huertos,
las fresas aplastadas, las peras arrancadas y perdidas
en huida por veredas y caminos.
Se acabó mirar atrás y no encontrar nada.
Se acabó el escondite, los toques furtivos, los besos robados,
las caricias miedosas y las mejillas arreboladas.
las caricias miedosas y las mejillas arreboladas.
Se acabó el confesarse, la música rayada,
el misterio bajo las faldas,
las noches manchadas, las risas en las ventanas,
la ropa colgada al sol de la mañana.
el misterio bajo las faldas,
las noches manchadas, las risas en las ventanas,
la ropa colgada al sol de la mañana.
Se acabaron los descubrimientos, las sorpresas,
las batallas de almohadas,
los encierros en el baño, las furtivas escapadas,
las tardes de verano que quemaban,
las lentas manecillas de la hora que nunca sonaba.
las batallas de almohadas,
los encierros en el baño, las furtivas escapadas,
las tardes de verano que quemaban,
las lentas manecillas de la hora que nunca sonaba.
Se acabó el llegar de madrugada,
las noches en blanco con la sangre alterada,
el sentido de las cosas y el de las palabras.
las noches en blanco con la sangre alterada,
el sentido de las cosas y el de las palabras.
Se acabaron las lágrimas calientes, las mascotas rechazadas,
los amigos difíciles y las amigas de fuego y espada.
los amigos difíciles y las amigas de fuego y espada.
Se acabó agachar las orejas,
la vara golpeando en las manos, en las uñas y en la cara.
la vara golpeando en las manos, en las uñas y en la cara.
Se acabaron las bofetadas, las bromas malintencionadas,
los test inútiles y las payasadas.
los test inútiles y las payasadas.
Se acabaron los sabores de la infancia,
el rubor en las mejillas, las pequeñas injusticias
y lo que he olvidado olvidar de toda la vida ya pasada.
el rubor en las mejillas, las pequeñas injusticias
y lo que he olvidado olvidar de toda la vida ya pasada.
Se acabó lo que se daba.
Autor: Raúl Tamarit Martínez
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